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Nuestro viaje de Singapur a Boracay: descanso, sol y algo de snorkel

De Singapur a Manila: inicio de la aventura

Nuestra aventura comenzó en Singapur. Desde allí, tomamos un vuelo directo a Manila con el objetivo de continuar hacia Boracay, una de las islas más conocidas de Filipinas. Aunque sabíamos que sería un viaje largo, estábamos ilusionados con la idea de pasar unos días tranquilos en la playa, especialmente por nuestra hija Alma, que con 8 años estaba deseando unas vacaciones de puro relax junto al mar.

Llegada a Boracay: vuelo con Air Asia y traslado organizado

Llegamos a Boracay en la última semana de abril de 2025. Desde Manila, cogimos un vuelo con Air Asia que nos llevó hasta el aeropuerto de Caticlan, la puerta de entrada principal a la isla. Habíamos reservado con antelación el transfer ida y vuelta desde el aeropuerto hasta nuestro hotel, el Fairways and Bluewater, con la empresa Island Star Express.

La experiencia con Island Star Express fue excelente. Todo estuvo bien organizado, el personal fue muy atento y cercano, y nos despreocupamos completamente del caos habitual que puede haber en los puertos. El traslado incluyó una furgoneta, un barco y finalmente un e-trike (o tuk-tuk eléctrico) hasta la puerta del hotel. Además, ya teníamos incluidas todas las tasas gubernamentales, por lo que no hubo sorpresas.

Por los tres (Alma, Triana y yo) pagamos en total unos 75 euros por ambos trayectos. Sabemos que si lo organizas por tu cuenta puedes ahorrar algo, pero sinceramente, con lo complicado que puede ser moverse entre barcos y puertos, creemos que vale la pena pagar un poco más por la comodidad.

boracay con niños

El hotel: Fairways and Bluewater

Sobre el hotel no entraremos en muchos detalles aquí porque vamos a escribir un post aparte dedicado exclusivamente a él. Pero adelantamos que fue una muy buena elección. Fairways and Bluewater cuenta con su propia playa privada, transporte interno gratuito en carritos, y está a solo 20 metros del City Mall, lo cual resultó muy práctico.

La experiencia en Boracay

Estuvimos en Boracay durante seis días, con la intención clara de descansar y pasar tiempo en la playa. Alma estaba encantada, y nosotros también necesitábamos parar un poco el ritmo. Por eso, no hicimos muchas actividades ni intentamos exprimir cada rincón de la isla.

Recorrimos Station 1, Station 2 y Station 3, que son las tres zonas principales de White Beach, la más famosa de Boracay. Todas tienen su encanto, pero realmente no hay mucho más que ver. Caminamos bastante, hicimos algunas compras en D’Mall, el centro comercial más popular, y nos movimos con e-trikes. Los trayectos suelen costar entre 100 y 150 pesos y no es habitual regatear, ya que los precios están más o menos establecidos.

Island hopping privado: lo mejor del viaje

Una de las pocas excursiones que hicimos fue el island hopping privado, una experiencia bastante típica en Boracay. Lo contratamos sin regatear por 5000 pesos (unos 80 euros) para los tres, lo que consideramos razonable. Sabemos que puede conseguirse más barato, pero preferimos algo sin complicaciones.

El tour fue de 9:00 a 14:00, sin comida incluida, e incluyó varias paradas para snorkel y visitas a distintas playas. Lo que más valió la pena fue el snorkel, aunque debemos decir que no fue una maravilla. Hemos estado en otros lugares donde la experiencia submarina fue más rica en variedad de especies, aunque aquí sí había gran cantidad de peces.

La playa del hotel: entre el paraíso y las algas

La playa privada del hotel nos gustó mucho. Está en el lado opuesto de la isla respecto a White Beach, por lo que es mucho más tranquila. El agua es de un azul espectacular, probablemente el más bonito que hemos visto en Asia. Sin embargo, la última tarde algo cambió: el agua se había retirado unos 20 metros y aparecieron muchas algas. A pesar del olor no muy agradable, fue curioso poder caminar entre erizos de mar y estrellas de mar.

Boracay: precios, ambiente y conclusiones

Una cosa que hay que tener en cuenta es que los precios en Boracay están bastante inflados. Para los europeos, todo resulta asequible, pero comparado con los precios locales, hay una clara diferencia. Es evidente que se ha desarrollado mucho para el turismo, y eso tiene su impacto en el coste de casi todo.

En resumen, Boracay nos sirvió para descansar, desconectar y disfrutar de la playa. No nos encantó la isla como destino turístico con muchas cosas que ver, pero cumplió perfectamente con el objetivo de darnos unas vacaciones familiares tranquilas. La playa privada del hotel, el island hopping y el buen clima fueron suficientes para que los seis días pasaran volando.

El regreso: caos en Caticlan y vuelo a Singapur

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Para la vuelta, tomamos un vuelo con Cebu Pacific hasta Manila. Nos recogieron directamente desde la puerta del hotel con tres horas de antelación, lo cual fue acertado. El aeropuerto de Caticlan es muy pequeño y caótico. No hay mucho que hacer allí: hay un Starbucks, otra cafetería y una mini tienda. Recomendamos llegar con tiempo si vas a facturar equipaje, ya que hay pocos mostradores de facturación y las colas pueden hacerse largas.

Tras aterrizar en Manila, dejamos unas cuatro horas de margen en el aeropuerto antes de coger nuestro vuelo de regreso a Singapur con Singapore Airlines. Así evitamos cualquier contratiempo y tuvimos una vuelta tranquila.

Y si estás planeando un viaje a Boracay y buscas comodidad, definitivamente recomendamos contratar el traslado completo con Island Star Express. Evitarás esperas, colas y desorganización, y empezarás tu viaje con buen pie.

Pronto subiremos el post dedicado a nuestro hotel, que sin duda fue una de las mejores decisiones del viaje

 

 

 

jvidagany

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